La primera pincelada le tomó un día de preparación; quería que la obra fuese perfecta. No conforme con el trazo, destruyó el lienzo a la mitad y empezó desde el principio.
Aislado en su prisión de mediocridad y botellas vacías, insultaba a sus pinturas incompletas; pero la inspiración ignoraba sus lamentos.
Diez años después, se encontró con su sombra en un blanco desolador; tomó entonces un arma y se voló los sesos.
Jamás imaginó que su sangre sobre el paño sería la creación que lo impulsaría a la fama.
Saludos, crudo e interesante relato. Uy!, vaya forma de lograr una obra maestra!. Éxitos!
ResponderBorrarGracias por tu comentario, Mery!
BorrarSaludos!
Muy bueno. Me ha gustado mucho.
BorrarUn abrazo.
Gracias, María! Me alegro de que te haya gustado.
BorrarAbrazo!
De una forma o de otra, el artista siempre acaba siendo parte de su obra ;-)
ResponderBorrarSaludos!
Así es, Mar! :-)
BorrarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarHola Federico.
BorrarUna forma muy particular de lograr la inmortalidad.
Me imagino la desesperación de tu protagonista al no poder plasmar su obra y el momento cumbre en que se inmoló.
Que este nuevo año te permita cristalizar todos tus sueños más sentidos.
Un gran abrazo y mis mejores deseos.
Gracias por tu comentario y por tus deseos, Lucía.
BorrarUn gran abrazo y un muy buen año para vos.
Muy bueno. Sin duda una muerte poética. Saludos.
ResponderBorrarGracias, Ricardo. Un saludo!
BorrarMierda!quedó bien pintado!...espero que mis tonterias escritas no me hagan famosa pronto:p....no quiero ser famosa:(
ResponderBorrarChocobesito,me gustó!
Gracias por tu comentario, Ady :)
BorrarMe alegro de que te haya gustado. Creo que su salpicadura con un beso de chocolate como firma sería una obra interesante.
Saludo!
¡Desgarrador! un gran microrelato amigo ;)
ResponderBorrar¡Saludos!
Gracias por el comentario, Hammer :)
BorrarAbrazo, amigo!
Un final tan trágico como cruel, esperemos que sea único en su especie. ;)
ResponderBorrarSaludos!!
Creo que fui un poquito cruel con él, pero terminó convirtiéndose en un artista famoso ;)
BorrarUn saludo, Sonia!
Afuf!! Qué impacto de final!! Muy buen micro, Federico! Mis felicitaciones!! :) :)
ResponderBorrarMuchas gracias por el comentario, Ángela.
Borrar:) Abrazo!
Un relato muy artístico. Esperemos que no decidas participar en tu obra del mismo modo ;)
ResponderBorrarNo, por el momento no.
BorrarGracias por el comentario, Santiago! :)
Muchas gracias, Jorge.
ResponderBorrarAbrazo, amigo.
Y no es lo que cuentas lo que inquieta, sino lo que callas. Porque es inevitable seguir dando vueltas y vueltas intentando imaginar ese lienzo.
ResponderBorrarMe alegro de haberte ocasionado esa inquietud.
BorrarGracias por el comentario!
Sin inspiración, termina por crear su obra magna al darse por vencido. Muy bueno.
ResponderBorrar¡Un abrazo! ^^
¡Exacto, Carmen! Esa es una manera de ver este cuento. Gracias por tu comentario. Abrazo.
BorrarMuy trágico pero genial!! Un abrazo.
ResponderBorrarGracias por el comentario, Maríjose.
BorrarUn abrazo!
“Este RELATO solo lo ha podido pintarlo un loco“.
ResponderBorrarJaja, y eso que a este no lo considero entre mis cuentos más viscerales.
BorrarUn saludo, Gabriela!
Azar, destino, casualidad... a veces la vida se comporta de manera caprichosa, pero no es culpa de la vida, sino del artista que la pinta, con resultados a veces irónicos, como el final de este relato. Un abrazo, maestro Federico!
ResponderBorrarBuena reflexión, amigo! De alguna manera somos nosotros los que escribimos nuestros propios destinos. Un abrazo, Alonso!
BorrarUna ironía trágica.
ResponderBorrarAgradezco tu visita y comentario! Un saludo.
BorrarLa historia diaria del autor. Quién imaginaría que la suerte juegue, de vez en cuando, un papel fundamental en su vida. Muchos autores de la literatura, grandes artistas que no conocieron lo que nosotros ahora llamamos fama.
ResponderBorrarTremendo microrrelato.
Saludos.
Nos seguimos leyendo.
Muchas gracias por el comentario, Miguel!
BorrarUna alegría que te haya parecido así.
Te deseo la fama de ese artista pero sin su trágico final.
Un abrazo.
Nos leemos!