viernes, 17 de agosto de 2018

UNO DE TERROR





―Uno de terror, uno de terror ―dije imitando a César.

Él siempre me pedía lo mismo. Cada vez que me conseguía un pequeño trabajo en una revista o en un periódico local, repetía la consigna: un cuento de terror.

Por supuesto que le estaba agradecido, además siempre me gustó el género, pero jamás me resultó fácil escribir esos relatos.

Muchos escritores logran convertir cualquier experiencia en una trama apasionante, otros tienen una musa que los inspira, y hay quienes suelen encontrar historias en el fondo de una botella. Nada de eso funciona para mí; escribir esos relatos no es cuestión de echar a volar mi imaginación, sino de sumergirla en las aguas más oscuras de mi alma. Debo adentrarme; recorrer mi pútrido interior para encontrar allí el núcleo de un relato que podrá o no dar miedo a los demás, pero siempre seré yo el más aterrado.

Pasé días frente a mi máquina sin que se me ocurriera una palabra.

―Uno de terror, uno de terror…

Nada. Mi mente estaba envuelta en tinieblas.

―Tal vez uno sobre un asesino –me dije–; un asesino que mate sin sentido; un psicópata de lógica tan incomprensible que cometa actos insoportables a la vista, como si sus crímenes fuesen un montaje de las imágenes surrealistas que dibuja su cerebro.

Continué el viaje hacia mis entrañas, donde desgarré mis intestinos con las uñas buscando algo que, aunque me atormentara por siempre, me ayudase a escribir un nuevo cuento.

Y así fue; la historia fluyó de mis dedos. Fue como si un cántico de horror y muerte me dictara las palabras. El cuento tenía todos los detalles que las mentes más morbosas esperan leer: puñaladas, torturas e incluso desmembramientos; el asesino de mi relato estaba dotado de una mente siniestra y tenía la habilidad con el cuchillo que solo se ve en las carnicerías. Poco después llegó el momento de poner mi nombre al pie de página.

Quedé agotado, y dormí sobre el escritorio como preso de un embrujo.

Apenas desperté sonreí debido al éxito de la noche anterior; había logrado terminar a tiempo el trabajo para enviarlo por correo y así fuera publicado la semana siguiente. Pero al abrir los ojos no encontré la obra que tanto esfuerzo me había costado; sobre mi vieja máquina de escribir solo había una hoja en blanco que me miraba sonriente.

Comencé a revolver los papeles del escritorio:

―¿En dónde está el maldito relato? ―dije mientras buscaba con desesperación.

Pronto me di cuenta de que jamás lo encontraría; lo único que había en esas hojas eran mis huellas dactilares, pintadas con la sangre de alguien más.



28 comentarios:

  1. Quiso se escritor y lo que fue un personaje terrorífico.
    Bien escrito.

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    1. Así es. Se convirtió en su propia obra. Gracias por el comentario, Demiurgo de Hurlingham.

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  2. Cuando se busca una historia de terror a veces el miedo fluye y la máquina se tinta de sangre. un abrazo.

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    1. Gracias por la visita y comentario, María :)
      Mis garras te abrazan.

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  3. Vaya, el terror se hace presente cuando menos lo esperas. Hay que dejarlo fluir.
    Buen relato mimo rimante

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    1. Rimo como mimo y tu comentario estimo. Abrazo!

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  4. Me gustó mucho!! (dejo mis huellas de aprobación para este relato tan especial!!)

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    1. Gracias, Raquelita! Me alegra que te haya gustado tanto :)

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  5. Cuidado con lo que tanto deseas...

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    1. Así es, Ham Bashur. Creo que el deseo fue demasiado intenso.
      Gracias por la visita y el comentario.

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  6. Hola Federico, creo que en esta temporada me ha pasado lo mismo que a tu protagonista, las musas están de su cuenta, ja, ja, solo que yo por el contrario no he insistido en traerlas de vuelta, las he dejado vacacionar, y que bueno que lo he hecho, porque no quisiera terminar exprimiendo mi propio cerebro para sacarle una reflexión mas.

    Tus relatos siempre son de mi agrado, y este final, con esa frase "Lo único que había en esas hojas eran mis huellas dactilares, pintadas con la sangre de alguien más", no tiene desperdicios, así mismo resulta en la vida real, cuando fuerzas las cosas, indudablemente hay que esperar que la sangre corra, o al menos que te manche las manos.

    Bravo por ese "Uno de terror", que termina inquietándonos tanto como al protagonista y haciéndonos la siguiente pregunta:

    ¿A quien matamos cada vez que triunfamos?

    Muy bueno amigo de las tinieblas, cuando te leo también me adentro en mis entrañas putrefactas, solo que siempre saco lo bueno que hay en ellas y te lo hago llegar.

    Te envio un abrazo desgarrador amigo.


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    1. Te agradezco mucho las palabras, Harolina.

      Tus comentarios hacen que me agraden un poco más mis cuentos por varias razones: el saber que te gustan, el que aciertes sobre un mensaje algo oculto y el hecho de que a veces encuentres algún sentido nuevo a los montajes surrealista que dibuja mi cerebro.

      Te mando un abrazo en el que dejaré huellas dactilares en tu espalda; pintadas con la sangre de alguien más.

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  7. Gracias por tan gentil comentario Federico.

    Sabes me gusto tanto tu relato que he escrito una entrada para el blog a partir del comentario que hice anteriormente.

    Te avisare cuando la publique, sera pronto.

    Abrazos y un verdadero placer encontrarte en medio de esa oscuridad que divulgas, tu resplandor hace que no pases desapercibido.

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    1. Es un placer para mí que mis escritos sirvan de inspiración.
      Te mando otro abrazo, Harolina, y nos vemos en tu blog.

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  8. Logró crear una historia, no como esperaba, pero si lo hizo.
    Tu protagonista ya avisó que debía buscar en su oscuro interior y ese sí que da realmente miedo.
    Muy bueno.
    Un abrazo.

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    1. Muy en el interior, encontró la historia de terror que estaba buscando. Quizás sea mejor no llegar a tales profundidades.
      Muchas gracias por el comentario, Irene!

      Mis garras te abrazan.

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  9. Fue mucho de mi gusto tu historia, Federico. Cosas que no entendí un poco, porque google translator no hace bien al eslovaco. Pero da impresión que ubicas bien las palabras. Mi sentimiento fue de mucho miedo y excitación. Me alegro de encontrado tu blog.

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    1. Muchas gracias por las palabras, Anna. Y gracias por tomarte el trabajo de traducir el relato.
      Una alegría que te haya parecido así mi escrito.

      Saludos! :)

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  10. Eso es vivir la literatura! Solo que esta vez por sueldo tendrá unas rejas parece.
    Escalofriante tu breve texto con muy buen final, jefe!

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    1. Gracias, Migue! Mi amigo de letras desde que eras Miguel Angel I.

      Un fuerte abrazo!

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  11. Siempre leo tus escritos... me deJan más perturbada de lo habitual. Solo admiración hacia tu obra puedo sentir. Besos.

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    1. Una alegría leer un comentario como el tuyo, Laura.
      Muchas gracias por la visita y las palabras. Besos desde mi perturbado rincón.

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  12. ¡Bravo! magnífico relato.

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  13. Excelente relato de una personalidad despoblada. Me gustó mucho.

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    1. Muchas gracias por el comentario, Estela.
      Una alegría que te haya gustado tanto.

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