domingo, 25 de octubre de 2015

AMIGO MONSTRUO





―Hola ―dijo la niña― ¿Por qué te escondes tras ese arbusto?

El monstruo tembló ante la pregunta. Había estado observándola durante varios minutos mientras ella jugaba a las muñecas sobre el césped. Creía que nadie descubriría su camuflaje, creía ser un asesino invisible a los ojos humanos. En ese momento su camaleónica piel comenzó a ponerse de todos colores: violeta, amarillo, azul…, había perdido el color verde y marrón del arbusto.

―Solo te estaba observando jugar ―dijo él―. Te pido disculpas si te asusté.

Era cierto; solo la estaba observando jugar. En un momento pensó en atacarla, devorarla como solía hacer con los humanos, pero había algo distinto en ella.

―Sal de ahí, por favor. Quiero conocerte.

¿Cómo decirle que no a esa enorme sonrisa? ¿Cómo decirle que no a esas dos colitas de cabello rubio o a ese pequeño vestido floreado? ¿Cómo decirle que no a la criatura más hermosa que había visto en su vida?

El monstruo salió de su escondite. Intentó cubrir sus colmillos con los labios haciendo un gesto ridículo, puso sus tentáculos detrás de la espalda, entrecerró las garras para que no se le vean las uñas y hasta puso su cola de dragón tras una de sus patas.

―¿Estás nervioso? ―preguntó ella.

―No ―dijo él mientras una gota de sudor recorría su rostro deforme.

―Pareces nervioso.

―Pues no lo estoy.

―De acuerdo. Pero lo pareces.

―Tal vez un poquito.

―¿Y por qué?

―Porque no nos conocemos. Quiero caerte bien. Cuando uno no conoce al otro, quiere mostrarse del mejor modo posible; no quiere que el otro piense mal de uno.

La niña asintió.

―¿Quieres que seamos amigos? ―preguntó ella.

El monstruo sonrió mostrando sus largos colmillos, luego recordó que los estaba ocultando y se tapó la boca con uno de sus tentáculos. Luego recordó que también estaba ocultando sus tentáculos, entonces lo volvió a ocultar y respondió con un «Sí» que le salió con voz ronca, con voz de monstruo. Luego quiso responder de nuevo con una voz más dulce, entonces tosió y le salió la respuesta en un tono tan agudo que hizo que la niña se riera a carcajadas. Luego de reír, la niña gritó con alegría:

―¡Entonces lo seremos!

Él quiso reír junto con ella, pero se puso serio y decidió confesar:

―Antes debería decirte una cosa: nosotros dos no somos iguales. He estado intentando mostrarme de un modo que no soy. Oculté mi verdadero yo. No sé si podremos ser amigos siendo que uno es el alimento natural del otro.

En ese momento unos tentáculos gigantescos salieron de la espalda de la niña. No eran como los de él, eran en verdad enormes, estaban cubiertos de un fluído oscuro y tenían aguijones que se veían muy venenosos.

―No te preocupes ―dijo ella―, somos amigos; jamás te haría daño.



37 comentarios:

  1. Vaya sorpresa para el monstruo. La niña era peor que él mismo. Buen giro final y que monstrito tan dulce. Saludos Federico!!

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    1. Gracias por el comentario, Mendiel.
      El monstruo se alegra de parecerte dulce, te manda un abrazo de garras y tentáculos.
      Saludos!

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  2. Ciertamente sí que tenía la niña algo distinto, y vaya si es mejor tenerla de tu parte jaja. Un simpático relato que empieza siendo una cosa y acaba siendo otra. Queda por resolver la duda de si el monstruo queda contento o asustado al ver que ella es más peligrosa que él. Un saludo Federico.

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    1. La simpatía era mi principal objetivo en este relato, me alegra que te haya parecido así.
      Muchas gracias por dejar tu comentario, José.
      Un saludo!

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  3. Oh pobre monstruo, no sé por que lo vi venir XD. Buen relato Federico, que tengás un buen día.

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    1. Se ve que los monstruos pensamos parecido, Andrés.
      Gracias por la visita y el comentario!

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  4. Una vuelta de tuerca inesperada para el final. Tampoco la dulce niña se estaba mostrando tal cual era en realidad. ¡Sí que podían ser amigos después de todo!

    Muy bueno, Federico, me ha parecido tierno y terrible al mismo tiempo :)

    Un abrazo!!

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    1. Me alegra que te haya parecido así, Julia. Quería que el monstruo se viera tierno :)
      Muchas gracias por el comentario, amiga.
      Mis garras te abrazan.

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  5. Me ha encantado! Me ha parecido muy tierno, que ambos monstruos quisieran ocultarse, aunque para nada me esperaba que la niña fuera otro, sin duda, su disfraz era mucho mejor jejej. Un abrazo :)

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    1. Me alegra que te haya gustado tanto, Elena.
      Muchas gracias por el comentario.
      Mis garras te abrazan :)

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  6. Gracias, amigo poeta.
    Te mando un abrazo grande, Oskar; y cuidate de las niñas.

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  7. No me podía imaginar este final. No solo tiene su gracia sino que podemos hallar múltiples moralejas. Que nadie es lo que parece, que la belleza no importa en la amistad, que quien más débil parece no lo es en realidad....
    Espero que la aparente bella y la aparente bestia se lleven bien en el futuro.
    Un abrazo.

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    1. Me alegra que te haya parecido así, Josep; esa era mi intención con este relato.
      Muchas gracias por la atenta lectura y el comentario, amigo.
      Abrazo!

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  8. Un relato muy tierno, quizás la soledad les hizo necesitarse. Por eso no se mostraron tal cual eran.
    Me gustó lo de las primeras impresiones, es verdad que hasta pasado el tiempo no conoces a las personas (en este caso al monstruo) la proyección primera siempre es diferente y luego el tiempo muestra.
    El final es genial Federico, nada es lo que parece ni el ser más frágil, :)
    Un abrazo!!!

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    1. Me alegra que te haya parecido tierno mi monstruoso relato. Gracias por la atenta lectura y el acertado comentario, Irene.
      Abrazo!

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  9. Nada es lo q parece. Tb es cierto q a los ojos de una niña, el peligro no existe, aunque en este caso ella sabía bien lo q hacía.
    Te sonrío con el Alma.

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    1. Muchas gracias por el comentario y la sonrisa.
      También te sonrío.

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  10. Genial esa reinvención del mito de Frankenstein. Vertiginosa narración que te lleva sin respirar hacia el final, con ese fino humor que te caracteriza. Y el final... que decir del final. Esperaba la sorpresa, para que negarlo (¿uno siempre espera la sorpresa, no?) y cuando ya me parece verla al entender que la niña-monstruo acabará por comerse a su incauta víctima.. resulta que no, ¡que realmente quiere ser su amiga!. Una última vuelta de tuerca que realmente resulta una sorpresa
    Enhorabuena, muy buen relato
    Un saludo

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    1. Me alegro de haberte sorprendido, Isidoro.
      Muchas gracias por las palabras, amigo.
      Saludos!

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  11. Federico no pude evitar relacionar este relato con el anterior, por eso intuí que la niña era otro monstruo y peor, no me defraudaste, existe un nexo aparente entre ambos relatos, todavía se destila su dolor por acercarse y creer en un negro y podrido corazón.

    En esta narración percibo una realidad, generalmente el hombre se cree el malo de la película y supone que se dará un banquete al acercarse a una mujer que cree inocente y bella, pero resulta que la mala de la película es ella y el es el inocente, como la mesa esta servida, la interrogante es, quien se dará finalmente el banquete, pues en el aire solo se respira desconfianza y temor.

    Por otro lado este relato tan entretenido, con una candidez que podría desarmar cualquier corazón, tiene varias moralejas, ya que la narración, por cierto muy bien lograda, es bastante realista.

    Moralejas:

    La maldad tiende a intimidarse y se disfraza ante la inocencia.

    Las apariencias engañan y nada es lo que parece.

    Generalmente nos desvalorizamos y sobre valoramos a los demás, por eso nos mostrarnos como creemos que son los otros, tratando de imitarlos o superarlos, luego nos damos cuenta de que somos tan parecidos que terminamos mostrándonos tal cual o peor.

    Los comienzos de cualquier tipo de relación, son mayormente ficticios y están basados en la desconfianza y las apariencias.

    Y la más importante moraleja.

    Por muy desagradable que sea la verdad siempre es mejor decirla, al parecer fue lo que hizo que la niña optara por aceptar su amistad, por la franqueza del monstruo.

    "Conoceréis la verdad y la verdad los hará libres". Esta frase es una de las mayores realidades de la vida.

    Un placer leerte tierno monstruo.


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    1. Es cierto lo que dices, si bien el anterior relato se me ocurrió por algo que escuché y este fue a partir de algo que me pasó, ambos tienen puntos en común.
      Acertadas moralejas las tuyas, Harolina. Esa era mi intención con este cuentito.
      Me alegro de haber desarmado corazones.
      Mis garras y tentáculos te dan un tierno abrazo.

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  12. ¿No os habeis encontrado jamas con una sonrisa tan monstruosamente encantadora que te ha hecho sacar lo más hermoso de ti?...

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    1. Hermoso y poético comentario, Yolanda.
      Un saludo!

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  13. Con un tono tierno e incluso de cierto cáliz infantil, nos haces partícipes de un encuentro entre monstruos que no se muestran como son, por el objetivo en común de agradarse el uno al otro y crear así un vínculo afectivo. Así es, lo has vuelto a hacer. El terror nos muestra nuestro verdadero rostro, y es que, ¿A caso no somos algo oculto tras la fachada para resolver nuestros intereses? Una necesidad vital, somos seres sociales.
    ¡Abrazo, Amigo de las Letras! :)

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    1. Muchas gracias por el reflexivo comentario, Amigo de las Letras.
      Te mando un abrazo para que no te falte esa necesidad vital.

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  14. Anónimo03 noviembre

    La desventaja de mostrar quien eres a quien no debes. La ventaja es que al ser amigos nada le pasará al tierno mounstuo.
    ¡saludos!

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    1. Espero tengás razón y nada le pase a ese tierno monstruo; me he encariñado con él.
      Gracias por dejar tu comentario, Sofía. Saludos!

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  15. Hola Federico, me encantó tu relato, me quedó la idea de que la frase final que la "niña" le decía al monstruo era una ironía y que terminaría devorándolo.
    Después de todo ladrón que roba a ladrón ... mejor dicho monstruo que come monstruo jaja.
    Te envío un abrazo y siempre es un gusto leerte.

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    1. Es cierto, Mónica; tratándose de monstruos (o de humanos), es posible que haya sido mentira.
      Me gustó mucho lo de "monstruo que come monstruo" :)
      Un gusto leer tu comentario. Mis garras te abrazan.

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  16. Un excelente relato con un sorprendente final, resultó que en realidad era el monstruo quien debía estar preocupado, lo que demuestra que las apariencias pueden engañar.
    Saludos.

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    1. Me alegra mucho que te haya parecido así, Felipe.
      Gracias por el comentario.
      Cuidate; algunos monstruos son difíciles de detectar.
      Saludos!

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  17. Un original relato, al final no hay antagonismo entre iguales...¿o si? Monstruos que se hacen amigos, pero podía haber ocurrido que la relación se transformara en rivalidad. Sin embargo, ha prevalecido la solidaridad, lo cual no deja de ser tiernamente monstruoso, jeje ;-)
    Excelente y con mucho fondo si analizas la filosofía que desprende su análisis.
    Un beso

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    1. Muchas gracias por las palabras, Marisa. Me alegra que te haya parecido así.
      Mis garras te abrazan, monstruosa amiga.

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  18. ¿cuándo será el día en que salgamos de casa 'sin maquillaje' y no nos importe cómo nos mire la gente? ¡GRAN CARNAVAL LA VIDA... pudiendo ser tan sencilla...!

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    1. Muy buena pregunta, Sylvia.
      Gracias por la visita y el comentario.

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  19. ¡¡¡Estupendo!!! Tierno, divertido y con un final inesperado... una gozada leerlo.
    Un beso, Federico

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    1. Una gozada para mí que te haya parecido así mi cuento, Chari.
      Gracias por el comentario. Beso!

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