Porque a todos nos gustan las muñecas.
A la vuelta de mi casa vive una niña muy tímida, su nombre es Camila. Ella no asiste al colegio como la mayoría de nosotros, porque ella no es como la mayoría de nosotros.
Su madre le enseña todas las asignaturas pero, como no es muy diestra en matemática, un día decidió buscarle un profesor particular. Este es el preciso instante en el que aparezco yo en esta historia.
El día de la primera lección recorté un poco mi larga barba gris, peiné lo mejor que pude mis indómitos cabellos y elegí la más simpática de mis corbatas; todo con objeto de evitar que mi aspecto asustara a la pequeña Camila.
Sé lo que estás pensando: «¿Hace cuántos años que se jubiló este viejo loco?», yo pensé lo mismo, pero aún me siento lúcido, además creí que tomar un poco de aire fresco y sentirme útil serían sanos cambios a mis eremíticos hábitos.
Al llegar a la casa me atendió su madre, quien de un modo muy amable me hizo pasar y luego me dirigió al dormitorio de mi alumna:
―Aguárdeme aquí un momento, por favor. Iré a buscar a Camila, está con uno de sus ataques de pudor.
Me quedé solo en la acaramelada habitación, era indiscutible que allí dormía una niña, de hecho parecía que los sueños de mil niñas se hubieran fusionado en un solo lugar. Allí abundaban el rosa, el fucsia, el violeta…, todo en tonos tan fuertes que me dañaban la vista. La cama estaba atestada de almohadones y muñecos de felpa, y una de las paredes estaba cubierta de repisas donde reposaban cientos de muñecas, una al lado de la otra.
No soy un especialista en muñecas, pero su calidad me sorprendió. Llamaron mi atención sus gestos vivos, sus cabellos realistas, y los vestidos y accesorios que cualquier dama envidiaría. Pero en aquella invaluable colección divisé un objeto que terminó acaparando todo mi interés: una muñeca cíclope.
La muñeca era de la misma calidad que las demás, no había nada extraño en su cabello, ni en sus zapatos, ni en su vestido; todo era normal a excepción de su singular singularidad: un enorme ojo diabólico ubicado en el centro de un rostro angelical.
Sé lo que estás pensando: «¿Por qué alguien compraría una muñeca cíclope?», yo pensé lo mismo.
Luego de unos segundos ya no soportaba mirarla. Me sentí atrapado entre esas cuatro paredes, la habitación saturaba mi mente con su torbellino de colores mientras todos los juguetes de Camila me observaban sentenciosos.
―¿Qué es lo que pasa que no viene esa condenada niña? ―dije a regañadientes.
Al hacerlo rompí el hechizo que me apresaba, me di cuenta de que me estaba dejando llevar por tonterías. Cerré los ojos y respiré profundamente.
Luego de haber recuperado la calma, levanté la mirada y lo primero que vi fue una muñeca pecosa de crespos cabellos castaños. Comencé a fijar mi atención en ella y de pronto noté que ésta portaba una etiqueta en la cual estaba escrito, con letra infantil, el nombre Josefina. Busqué en las demás muñecas y observé que todas habían sido rotuladas. Allí estaban Sabrina, Clara, Erika, Julieta…
Sé lo que estás pensando: «¿Cómo se llamará la muñeca cíclope?», yo pensé lo mismo; no iba a olvidarme tan fácilmente de aquel siniestro y enorme ojo.
Me estaba agachando para leer la pequeña etiqueta de la más curiosa de las muñecas cuando, detrás de mí, alguien abrió la puerta:
―Profesor, le presento a Camila ―dijo la señora.
Sé lo que estás pensando.
FIN
Sí, estoy seguro de que sabes lo que he pensado al ir terminado de leer el cuento. Me limitaré a contarte lo que he pensado al final, una vez terminado. ¡Extraordinario!
ResponderBorrar¿Acaso es posible saber lo que estás pensando, Guillermo? Tus locuras de ayer y hoy son una caja de sorpresas.
BorrarGracias por tu comentario.
Espectacular Fede.
ResponderBorrarEl final tan impredecible por cierto, es tan sutil que inquieta sobremanera.
Muy buen cuento.
Abrazo amigo.
Muchas gracias, amigo.
BorrarTe mando un abrazo grande, Richard.
Este género (Gracias a ti) Me está gustando cada vez más. Me encantó. Logras atrapar y sorprender con tu pluma. Un abrazo compañero, saludos.
ResponderBorrarEs un placer recibir estos comentarios de tu parte, David.
BorrarUn abrazo. Nos seguimos leyendo.
Seguro que sera una alumna muy atenta y no le quitará la vista de encima a sus libros. Muy bueno!
ResponderBorrar¡Así es, Miguel!
BorrarGracias por tus comentarios, son divertidos y muy ocurrentes.
Me ha gustado el enfoque del relato y el protagonista. El final es tan sutil como sorprendente.
ResponderBorrarGracias, Sandra.
BorrarMe alegro mucho de que te haya sorprendido y de que te haya gustado.
Muy bueno, me atrapó, siniestro realmente. Saludos
ResponderBorrarLas cosas que habrá imaginado tu mente siniestra...
BorrarSaludos, Alejandra.
Realmente magistral, Federico. Ese "sé lo que estás pensando..." es el colofón del terror que la imaginación generará sutilmente desde ese momento en las inquietas mentes de los lectores. Metodológicamente impactante, no hay nada más terrorífico que tu propia imaginación cavilando involuntariamente tras un final abierto como éste. Gracias, me ha encantado.
ResponderBorrarUn abrazo
¡Qué comentario! Muchas gracias por tus palabras.
BorrarAbrazo grande.
Fantastico cuento profundo inquietante y elegante, no te conocía hasta hoy pero es un placer leer algo como esto.
ResponderBorrarAgradezco mucho tus palabras, Juan Ignacio.
BorrarTe mando un abrazo
O.o)))) Jooo jojooouu ... esta muy bueno, y justo al video que te he mandado!!!
ResponderBorrarMe alegro mucho de que te gustara, Galina.
Borrar¡Gran historia amigo, siguiendo tu línea habitual! :)
ResponderBorrarSaludoooss
¡Gracias, amigo!
BorrarMe alegro de que te haya gustado :)
Abrazo.
Buenísimo!!! Lleno de misterio e intriga, atrapa hasta el final con el cual, ya no me sorprende que me sorprendas pues viniendo de ti, siempre se torna inesperado Saludinguis...
ResponderBorrarGracias, Angélica.
BorrarMe alegro de haberte sorprendido tantas veces que ya no te sorprenda una nueva sorpresa.
¡Lo haz hecho de nuevo! Dominas a la perfección el arte de no decir. BRILLANTE micro, Federico... Así, en mayúsculas.
ResponderBorrarGracias, Carlo. Aprecio tu comentario. Me alegra mucho saber que te gustó.
BorrarAbrazo!
Lo comenté en tusrelatos, pero lo vuelvo a comentar aquí porque como bien reza una imagen de este sitio, un blog se alimenta de los comentarios... Así que vuelvo a decir que has jugado a la perfección con nuestras mentes, metiéndote en ellas para que nosotros solitos nos imaginemos el final, lo que lo hace mucho más aterrador. Un saludo.
ResponderBorrarGracias, Ricardo. Fue divertido jugar un rato con tu mente... y algo aterrador.
BorrarSaludo.
¡¡¿Cúal era el nombre?!! Tu sabes lo que estoy pensando, pero yo no sé lo que piensas tú. Dime el nombreeeeeeee.
ResponderBorrarMuy buen relato, dejas la incertidumbre en lo más alto.
Te puedo asegurar que no era Vicky ;)
BorrarGracias por el comentario, Santiago.
Muy bueno! De verdad que agradezco que mis muñecas estan guardadas en el placard! Te cuento una historia? Cuando tenía 12 o 13 una tia de mi mama (alguien a quien yo adoraba con todo mi corazon y que por tal motivo la llamaba tia) me regalo una de sus muñecas de coleccion. Pequeña, de unos 20 cm de alto, vestida de dama antigua.. ya te imaginas.. Tenia los ojos moviles (como toda muñeca) pero eran super extraños, el color, el brillo, la sensacion que emanaba de ellos; todo muy pero muy real. La muñeca estuvo en mi habitacion por varios años, hasta que un día (no recuerdo como ni porque) no estuvo mas. No recuerdo si la tire. Realmente no. Pero el punto es que, creo que por alguna razón, esos ojos, me "llegaron" y no la soporte mas.
ResponderBorrarPor eso cuando lei este cuento, la muñeca de mi tia volvio a mi memoria. Abrazos!
Tu historia está como para que escribas un relato, Sil.
BorrarLas muñecas son de esas cosas cotidianas que, en la situación y en el ambiente adecuado, pueden generar un terror sutil, psicológico, que siempre me gustó.
Gracias por tu visita y comentario. Si encuentro tu muñeca, te avisaré.
Abrazo!
Nos quedamos sin saber el nombre de la dichosa muñeca y también la verdadera historia de Camila, pero sin duda que a esa niña no la quisiera yo de alumna mía nunca. Buenísimo el relato, con un máximo de interés y suspense!!
ResponderBorrarUn barazo y feliz cominenzo de semana.
A mí me tomó algunas clases acostumbrarme.
BorrarMuchas gracias por tu comentario, Julia.
Abrazo grande!
Cada vez que lo leo me gusta MAS!!!! y MAS!!
ResponderBorrarGracias, Raquel!
BorrarMe alegro de que este cuento que fue uno de los primeros que publiqué te siga gustando tanto y tanto.
Es increíble la manera de expresarte, es realmente genial lo que tu escribes, logras llenar de asombro y sorpresa a todos lectores, sigue asi, 😊
ResponderBorrarMuchísimas gracias por las palabras!
BorrarMe ha gustado mucho tu relato y sobre todo tu presencia en él, me imagino que le caíste bien a Camila al ver que le ponías atención a sus muñecas, ningún otro profesor de matemáticas lo haría.
ResponderBorrarSi..., sabes lo que estoy pensando, que me parezco un poco a Camila y la cíclope de seguro hubiera sido mi favorita.
Grandiosa imaginación la tuya Federico y el talento para redactarlo y lograr que cale hondo cada personaje ni hablar.
Felicitaciones profesor, cuando las matemáticas sean un problema para ti, ya tienes un futuro asegurado aquí.
Así es, Harolina; de verdad está mi presencia aquí. Este es uno de esos relatos en los que yo mismo soy el protagonista.
BorrarLo veo como un último relato en el que, luego de envejecer, las protagonistas de mis cuentos (en los que muchas de ellas tuvieron muertes horribles) regresan convertidas en muñecas para acabar con lo poco que queda de mi cordura.
Una alegría que te haya gustado.
Camila te envía un guiño ;)
Mhhhh aún no se exactamente que pensar..., así que dudo que sepas lo que estoy pensando ;-)
ResponderBorrarGenial relato lleno de imaginación y fantasía, aunque el final como siempre terrorífico, aunque yo lo llamaría un tanto cruel, pues como humanos, seguimos sin aceptar lo diferente.
Saludos Federico
Es muy difícil saber lo que una persona tan imaginativa como tú puede estar pensando, Tere.
BorrarMe alegra que te haya parecido así mi relato.
Saludos de mi parte y de Camila, que te guiña el ojo.
Muy interesante, Federico. Tú siempre le imprimes giros de tuerca a tus cuentos en los finales. Eso a mí me gusta muchísimo, pues sorprende e invita una nueva lectura.
ResponderBorrarSaludos.
Nos seguimos leyendo.
Muchas gracias, amigo.
BorrarEso intento. Me alegro de lograrlo según tu opinión.
Nos seguimos leyendo, Miguel!
Me encantó el relato! Saludos.
ResponderBorrarMe alegro, Marisa!
BorrarMuchas gracias por dejar este comentario con tu pluma.
Saludos.
Queeeeeeeeee y nos dejas así?? Que cruel... XD
ResponderBorrarExtraña colección de muñecas. Y viniendo de ti, nada bueno pueden traer, así que me podría imaginar cualquier cosa!
Comparto con gusto!! Abrazo!
Muchas gracias por el comentario, Carmen.
BorrarPerdón por la crueldad ;)
Abrazo!!
Sin duda que Camila es un personaje muy singular.
ResponderBorrarSi Camila me invitara a jugar con sus muñecas, haríamos un circo con ellas y sus singulares singularidades.
Un abrazo, amigo (:
Estoy seguro de que le agradarías mucho a Camila y a sus famosas muñecas.
BorrarUn fuerte abrazo, mi singular amigo!
Sé lo que estás pensando...
ResponderBorrarMe quedo con ello, ya que todos de una manera u otra lo han dicho ya.
Pero mi pegunta, va más allá de las circunstancias:
Si sabes lo que estamos pensando y entre ellos personalmente yo,
Eres adivino? Creas suspense? o simplemente nos recuerdas que pensamos y luego existimos,
cada un@ con nuestras particularidades. No veo por ningún lado, ciertas cuestiones cartesianas,
ni tampoco adivinanzas. Más bien un suspense y una idea clara:
Camila, puede ser cualquiera...
Buen trabajo, amigo.
Un abrazo y a seguir afinando la pluma.
Te agradezco la atenta lectura y el comentario, Joaquín.
BorrarSi tuviera que decir cómo es en verdad Camila, las posibilidades serían infinitas, pero solo se me ocurre una que hace interesante al cuento. Por eso preferí dejarlo así, para que escribamos el final entre todos, cada uno en su mente, y que lo único certero sea la sugestión.
Te mando un fuerte abrazo, amigo!