martes, 22 de julio de 2014

CAMILA Y SUS MUÑECAS





Porque a todos nos gustan las muñecas.



A la vuelta de mi casa vive una niña muy tímida, su nombre es Camila. Ella no asiste al colegio como la mayoría de nosotros, porque ella no es como la mayoría de nosotros.

Su madre le enseña todas las asignaturas pero, como no es muy diestra en matemática, un día decidió buscarle un profesor particular. Este es el preciso instante en el que aparezco yo en esta historia.

El día de la primera lección recorté un poco mi larga barba gris, peiné lo mejor que pude mis indómitos cabellos y elegí la más simpática de mis corbatas; todo con objeto de evitar que mi aspecto asustara a la pequeña Camila.

Sé lo que estás pensando: «¿Hace cuántos años que se jubiló este viejo loco?», yo pensé lo mismo, pero aún me siento lúcido, además creí que tomar un poco de aire fresco y sentirme útil serían sanos cambios a mis eremíticos hábitos.

Al llegar a la casa me atendió su madre, quien de un modo muy amable me hizo pasar y luego me dirigió al dormitorio de mi alumna:

―Aguárdeme aquí un momento, por favor. Iré a buscar a Camila, está con uno de sus ataques de pudor.

Me quedé solo en la acaramelada habitación, era indiscutible que allí dormía una niña, de hecho parecía que los sueños de mil niñas se hubieran fusionado en un solo lugar. Allí abundaban el rosa, el fucsia, el violeta…, todo en tonos tan fuertes que me dañaban la vista. La cama estaba atestada de almohadones y muñecos de felpa, y una de las paredes estaba cubierta de repisas donde reposaban cientos de muñecas, una al lado de la otra.

No soy un especialista en muñecas, pero su calidad me sorprendió. Llamaron mi atención sus gestos vivos, sus cabellos realistas, y los vestidos y accesorios que cualquier dama envidiaría. Pero en aquella invaluable colección divisé un objeto que terminó acaparando todo mi interés: una muñeca cíclope.

La muñeca era de la misma calidad que las demás, no había nada extraño en su cabello, ni en sus zapatos, ni en su vestido; todo era normal a excepción de su singular singularidad: un enorme ojo diabólico ubicado en el centro de un rostro angelical.

Sé lo que estás pensando: «¿Por qué alguien compraría una muñeca cíclope?», yo pensé lo mismo.

Luego de unos segundos ya no soportaba mirarla. Me sentí atrapado entre esas cuatro paredes, la habitación saturaba mi mente con su torbellino de colores mientras todos los juguetes de Camila me observaban sentenciosos.

―¿Qué es lo que pasa que no viene esa condenada niña? ―dije a regañadientes.

Al hacerlo rompí el hechizo que me apresaba, me di cuenta de que me estaba dejando llevar por tonterías. Cerré los ojos y respiré profundamente.

Luego de haber recuperado la calma, levanté la mirada y lo primero que vi fue una muñeca pecosa de crespos cabellos castaños. Comencé a fijar mi atención en ella y de pronto noté que ésta portaba una etiqueta en la cual estaba escrito, con letra infantil, el nombre Josefina. Busqué en las demás muñecas y observé que todas habían sido rotuladas. Allí estaban Sabrina, Clara, Erika, Julieta

Sé lo que estás pensando: «¿Cómo se llamará la muñeca cíclope?», yo pensé lo mismo; no iba a olvidarme tan fácilmente de aquel siniestro y enorme ojo.

Me estaba agachando para leer la pequeña etiqueta de la más curiosa de las muñecas cuando, detrás de mí, alguien abrió la puerta:

―Profesor, le presento a Camila ―dijo la señora.

Sé lo que estás pensando.



FIN


50 comentarios:

  1. Sí, estoy seguro de que sabes lo que he pensado al ir terminado de leer el cuento. Me limitaré a contarte lo que he pensado al final, una vez terminado. ¡Extraordinario!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¿Acaso es posible saber lo que estás pensando, Guillermo? Tus locuras de ayer y hoy son una caja de sorpresas.
      Gracias por tu comentario.

      Borrar
  2. Espectacular Fede.
    El final tan impredecible por cierto, es tan sutil que inquieta sobremanera.
    Muy buen cuento.
    Abrazo amigo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, amigo.
      Te mando un abrazo grande, Richard.

      Borrar
  3. Este género (Gracias a ti) Me está gustando cada vez más. Me encantó. Logras atrapar y sorprender con tu pluma. Un abrazo compañero, saludos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Es un placer recibir estos comentarios de tu parte, David.
      Un abrazo. Nos seguimos leyendo.

      Borrar
  4. Seguro que sera una alumna muy atenta y no le quitará la vista de encima a sus libros. Muy bueno!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Así es, Miguel!
      Gracias por tus comentarios, son divertidos y muy ocurrentes.

      Borrar
  5. Me ha gustado el enfoque del relato y el protagonista. El final es tan sutil como sorprendente.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Sandra.
      Me alegro mucho de que te haya sorprendido y de que te haya gustado.

      Borrar
  6. Anónimo15 agosto

    Muy bueno, me atrapó, siniestro realmente. Saludos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Las cosas que habrá imaginado tu mente siniestra...
      Saludos, Alejandra.

      Borrar
  7. Realmente magistral, Federico. Ese "sé lo que estás pensando..." es el colofón del terror que la imaginación generará sutilmente desde ese momento en las inquietas mentes de los lectores. Metodológicamente impactante, no hay nada más terrorífico que tu propia imaginación cavilando involuntariamente tras un final abierto como éste. Gracias, me ha encantado.
    Un abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Qué comentario! Muchas gracias por tus palabras.
      Abrazo grande.

      Borrar
  8. Fantastico cuento profundo inquietante y elegante, no te conocía hasta hoy pero es un placer leer algo como esto.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Agradezco mucho tus palabras, Juan Ignacio.
      Te mando un abrazo

      Borrar
  9. O.o)))) Jooo jojooouu ... esta muy bueno, y justo al video que te he mandado!!!

    ResponderBorrar
  10. ¡Gran historia amigo, siguiendo tu línea habitual! :)
    Saludoooss

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Gracias, amigo!
      Me alegro de que te haya gustado :)
      Abrazo.

      Borrar
  11. Buenísimo!!! Lleno de misterio e intriga, atrapa hasta el final con el cual, ya no me sorprende que me sorprendas pues viniendo de ti, siempre se torna inesperado Saludinguis...

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Angélica.
      Me alegro de haberte sorprendido tantas veces que ya no te sorprenda una nueva sorpresa.

      Borrar
  12. ¡Lo haz hecho de nuevo! Dominas a la perfección el arte de no decir. BRILLANTE micro, Federico... Así, en mayúsculas.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Carlo. Aprecio tu comentario. Me alegra mucho saber que te gustó.
      Abrazo!

      Borrar
  13. Lo comenté en tusrelatos, pero lo vuelvo a comentar aquí porque como bien reza una imagen de este sitio, un blog se alimenta de los comentarios... Así que vuelvo a decir que has jugado a la perfección con nuestras mentes, metiéndote en ellas para que nosotros solitos nos imaginemos el final, lo que lo hace mucho más aterrador. Un saludo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Ricardo. Fue divertido jugar un rato con tu mente... y algo aterrador.
      Saludo.

      Borrar
  14. ¡¡¿Cúal era el nombre?!! Tu sabes lo que estoy pensando, pero yo no sé lo que piensas tú. Dime el nombreeeeeeee.

    Muy buen relato, dejas la incertidumbre en lo más alto.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Te puedo asegurar que no era Vicky ;)

      Gracias por el comentario, Santiago.

      Borrar
  15. Anónimo22 enero

    Muy bueno! De verdad que agradezco que mis muñecas estan guardadas en el placard! Te cuento una historia? Cuando tenía 12 o 13 una tia de mi mama (alguien a quien yo adoraba con todo mi corazon y que por tal motivo la llamaba tia) me regalo una de sus muñecas de coleccion. Pequeña, de unos 20 cm de alto, vestida de dama antigua.. ya te imaginas.. Tenia los ojos moviles (como toda muñeca) pero eran super extraños, el color, el brillo, la sensacion que emanaba de ellos; todo muy pero muy real. La muñeca estuvo en mi habitacion por varios años, hasta que un día (no recuerdo como ni porque) no estuvo mas. No recuerdo si la tire. Realmente no. Pero el punto es que, creo que por alguna razón, esos ojos, me "llegaron" y no la soporte mas.
    Por eso cuando lei este cuento, la muñeca de mi tia volvio a mi memoria. Abrazos!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Tu historia está como para que escribas un relato, Sil.
      Las muñecas son de esas cosas cotidianas que, en la situación y en el ambiente adecuado, pueden generar un terror sutil, psicológico, que siempre me gustó.
      Gracias por tu visita y comentario. Si encuentro tu muñeca, te avisaré.
      Abrazo!

      Borrar
  16. Nos quedamos sin saber el nombre de la dichosa muñeca y también la verdadera historia de Camila, pero sin duda que a esa niña no la quisiera yo de alumna mía nunca. Buenísimo el relato, con un máximo de interés y suspense!!

    Un barazo y feliz cominenzo de semana.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. A mí me tomó algunas clases acostumbrarme.
      Muchas gracias por tu comentario, Julia.
      Abrazo grande!

      Borrar
  17. Cada vez que lo leo me gusta MAS!!!! y MAS!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Raquel!
      Me alegro de que este cuento que fue uno de los primeros que publiqué te siga gustando tanto y tanto.

      Borrar
  18. Es increíble la manera de expresarte, es realmente genial lo que tu escribes, logras llenar de asombro y sorpresa a todos lectores, sigue asi, 😊

    ResponderBorrar
  19. Me ha gustado mucho tu relato y sobre todo tu presencia en él, me imagino que le caíste bien a Camila al ver que le ponías atención a sus muñecas, ningún otro profesor de matemáticas lo haría.

    Si..., sabes lo que estoy pensando, que me parezco un poco a Camila y la cíclope de seguro hubiera sido mi favorita.

    Grandiosa imaginación la tuya Federico y el talento para redactarlo y lograr que cale hondo cada personaje ni hablar.

    Felicitaciones profesor, cuando las matemáticas sean un problema para ti, ya tienes un futuro asegurado aquí.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Así es, Harolina; de verdad está mi presencia aquí. Este es uno de esos relatos en los que yo mismo soy el protagonista.
      Lo veo como un último relato en el que, luego de envejecer, las protagonistas de mis cuentos (en los que muchas de ellas tuvieron muertes horribles) regresan convertidas en muñecas para acabar con lo poco que queda de mi cordura.

      Una alegría que te haya gustado.
      Camila te envía un guiño ;)

      Borrar
  20. Mhhhh aún no se exactamente que pensar..., así que dudo que sepas lo que estoy pensando ;-)

    Genial relato lleno de imaginación y fantasía, aunque el final como siempre terrorífico, aunque yo lo llamaría un tanto cruel, pues como humanos, seguimos sin aceptar lo diferente.

    Saludos Federico

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Es muy difícil saber lo que una persona tan imaginativa como tú puede estar pensando, Tere.
      Me alegra que te haya parecido así mi relato.

      Saludos de mi parte y de Camila, que te guiña el ojo.

      Borrar
  21. Muy interesante, Federico. Tú siempre le imprimes giros de tuerca a tus cuentos en los finales. Eso a mí me gusta muchísimo, pues sorprende e invita una nueva lectura.
    Saludos.
    Nos seguimos leyendo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, amigo.
      Eso intento. Me alegro de lograrlo según tu opinión.
      Nos seguimos leyendo, Miguel!

      Borrar
  22. Respuestas
    1. Me alegro, Marisa!
      Muchas gracias por dejar este comentario con tu pluma.
      Saludos.

      Borrar
  23. Queeeeeeeeee y nos dejas así?? Que cruel... XD
    Extraña colección de muñecas. Y viniendo de ti, nada bueno pueden traer, así que me podría imaginar cualquier cosa!
    Comparto con gusto!! Abrazo!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por el comentario, Carmen.
      Perdón por la crueldad ;)
      Abrazo!!

      Borrar
  24. Anónimo16 febrero

    Sin duda que Camila es un personaje muy singular.
    Si Camila me invitara a jugar con sus muñecas, haríamos un circo con ellas y sus singulares singularidades.

    Un abrazo, amigo (:

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Estoy seguro de que le agradarías mucho a Camila y a sus famosas muñecas.
      Un fuerte abrazo, mi singular amigo!

      Borrar
  25. Sé lo que estás pensando...
    Me quedo con ello, ya que todos de una manera u otra lo han dicho ya.
    Pero mi pegunta, va más allá de las circunstancias:
    Si sabes lo que estamos pensando y entre ellos personalmente yo,
    Eres adivino? Creas suspense? o simplemente nos recuerdas que pensamos y luego existimos,
    cada un@ con nuestras particularidades. No veo por ningún lado, ciertas cuestiones cartesianas,
    ni tampoco adivinanzas. Más bien un suspense y una idea clara:
    Camila, puede ser cualquiera...

    Buen trabajo, amigo.
    Un abrazo y a seguir afinando la pluma.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Te agradezco la atenta lectura y el comentario, Joaquín.
      Si tuviera que decir cómo es en verdad Camila, las posibilidades serían infinitas, pero solo se me ocurre una que hace interesante al cuento. Por eso preferí dejarlo así, para que escribamos el final entre todos, cada uno en su mente, y que lo único certero sea la sugestión.

      Te mando un fuerte abrazo, amigo!

      Borrar

GRACIAS POR COMENTAR Y POR COMPARTIR.