Cuando apoyo el arma en mi cabeza, no pretendo destruir mi cráneo. Solo me imagino disparando a una pequeña región del cerebro, para que los recuerdos que me atormentan queden esparcidos en la pared.
Cuando apoyo la navaja en mis venas, no pretendo morir desangrado. Solo me imagino haciendo una pequeña incisión, para que las gotas de veneno que contaminan al resto queden derramadas en el suelo.
Cuando apoyo el puñal en mi pecho, no pretendo que mi corazón deje de latir. Solo me imagino rompiendo la coraza de odio, esa que me aparta del mundo que nos rodea.
No quiero matarme, solo quiero matar esa parte de mí que te hace daño.
Me encanto que gran historia, y muchos en algunas ocasiones quisieramos destruir esa parte oscura que nos acompaña.
ResponderBorrarMe alegro de que te haya gustado, Orutrasiul.
BorrarGracias por el comentario.
Saludos a tu parte oscura.
A veces nos damos cuenta del daño que hacemos, y lo peor de todo es no saber como arreglarlo. Genial relato. Has dejado una imagen para reflexionar. Un abrazo.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu reflexiva lectura y comentario, María.
BorrarUn abrazo.
Tiene mucha verdad en querer quitar esa parte que nos mata por dentro, aunque somos quienes la alimentamos con el odio, las envidias, el rencor, los celos. Genial. Saludos
ResponderBorrarAsí es, Latis69. Muchas gracias por tu reflexivo comentario.
BorrarMe alegra que te haya parecido así mi escrito.
Un saludo!
Un honor recibir este comentarión de tu parte, amigo poeta.
ResponderBorrarUn abrazo, Oskar!
¿Se puede localizar y extirpar el mal que anida en nuestro interior? Ese es el deseo del protagonista de este enorme micro. Una proyección de varias imágenes suicidas con intenciones evolutivas. Muy bueno, Federico.
ResponderBorrarAbrazo, amigo!
Muy bueno el modo en que lo pusiste, amigo de las letras; como una evolución.
BorrarGracias por las palabras. Comentarios como el tuyo me ayudan a extirpar el mal que anida en mi interior.
Un abrazo, Edgar!
Una maravilla.
ResponderBorrarCorto y conciso.
Permiteme el anglicismo con la frase de Mies Van der Rohe "Less is more"
O como decía Baltasar Gracián "Lo bueno, si breve, dos veces bueno"
Y como te diria yo, "Para que más palabras si ya me has llegado al corazón"
Felicidades y un abrazo
Tu frase no tiene nada que envidiarle a las otras. Me gustó mucho.
BorrarTe agradezco el comentario, Oscar.
Un abrazo!
bestial hermano, me dejas sin palabras
ResponderBorrarEsas pocas palabras tuyas fueron suficientes para darme una pequeña alegría, Juan.
BorrarExcelente relato, conciso y profundo. Cuántos quieren matar sólo esa parte!. Éxitos y bendiciones!
ResponderBorrarMuchas gracias, Mery. Yo no creo que tu tengas una parte como esa :)
BorrarÉxitos y bendiciones para ti también.
Tremendo¡¡ Y en cierta manera sensato...
ResponderBorrarGracias por la visita y el comentario, Lucas!
BorrarUn saludo.
Qué buen micro, Federico. Excelente.
ResponderBorrarMe deja pensando, ¿cuántas veces nos hemos sentido atormentados por nuestros ''monstruos'' interiores? ¿Cuántas veces nos toca no saber como lidiar con ellos?
Es interesante como cada uno de nosotros se las arregla para enfrentarlos; en ocasiones conviviendo con ellos, otras dejándoles vencer por completo.
Profundo y reflexivo, me encantó. Saludos :)
Muchas gracias por el reflexivo comentario, Sal Yin.
BorrarMe alegra que haya gustado. No dejes vencer a tu monstruo interior. Saludos.
Te felicito!! que me pareció GENIAL es poco decir....
ResponderBorrarRaquel. Tu poco decir es más que suficiente para darme una pequeña alegría.
BorrarWow! Cierto a veces estamos ahí queriendo sacar lo que es tan parte de nosotros, como siempre quedo encantada! :)
ResponderBorrarQuedo encantado con tu comentario, Ana.
Borrar:)
Monstruosa ternura la tuya, Fede. Exquisito texto.
ResponderBorrarGracias, Migue!
BorrarUna alegría que te haya parecido así.
Hermoso.
ResponderBorrarGracias por el bello comentario.
BorrarSalvación o escape.
ResponderBorrarAsí es. Escape es la salida más fácil.
BorrarUn saludo, Gabriela.
Una gran historia repleta de sentimientos en muy pocas palabras, Federico.
ResponderBorrarCreo que quien habla conoce bien el tormento de herir al ser amado por lo que es... pero no es posible dejar de ser lo que se odia sin dejar de existir...
Tremendo, contundente, hermoso y al tiempo descarnado... me encantó!!
Un abrazo grande.
Muchas gracias por las palabras, Julia. Una gran reflexión la tuya.
BorrarMe alegra que te haya gustado mi descarnado escrito.
Un fuerte abrazo.
Hola Federico!, me gustó la forma tan absurdamente real que usaste en tu excelente relato como mera excusa para seguir haciendo daño, ya que expresas muy claro las interioridades y egoismos del ser humano, el fin justifica los medios, es mas comodo siempre para nosotros enterrar cada vez mas hondo el puñal en el pecho ajeno antes que cambiarlo de direccion, asi evitamos el mas minimo rasguño.
ResponderBorrarLa clásica lucha por la supervivencia como la concebimos, dentro de nuestra zona de confort, salir ileso es preferible mil veces antes que causarnos una herida exterior, pero a sabiendas que el veneno nos está devorando por dentro hasta el punto de contaminar a otros.
Creo que el comentario excedió al relato, ja, ja.
No quiero que te mates, pero tampoco quiero que me sigas haciendo daño, a ver como lo resolvemos.
Como siempre un placer leerte,
Un placer que me leas y comentes en forma tan reflexiva, Harolina.
BorrarMatarse o hacer daño son salidas fáciles. Habrá que encontrar una tercera opción, la más difícil de las tres.
Muchas gracias por las palabras.
Estimado Federico, que bien armado esta tu relato, con unas letras que hacen equilibrio entre lo oscuro y la luz, letras bien perfumadas con fino toque poetico... Excelente.
ResponderBorrarSaludos
Gracias, amigo!
BorrarUna alegría y un honor recibir este comentario de tu parte.
Un saludo, Eduardo.
Muy buena reflexión poética. Deja muy claro lo que subyace en lo que algunos denominan sin más "comportamiento autodestructivo". El problema es que la pistola lo mata todo, al igual que la navaja y el puñal, aun no siendo eso realmente lo que quería uno matar.
ResponderBorrarPor otro lado, la manera cómo lo expresas une lo claro con la belleza de esos paralelismos.
Saludos.
Muy interesante tu comentario, Luis.
BorrarMuchas gracias por las palabras; me alegra que te haya parecido así.
Saludos.
La víctima-verdugo describiendo su propio alegato, ¡qué maravilla!. Un final muy crítico con las intolerancias y la violencia, de la mano del propio protagonista que se autocastiga. Jamás he leído algo similar y la verdad es que está magníficamente reflejado. Un verdadero placer leer tus genialidades.
ResponderBorrarAbrazos
Muchas gracias por el comentarión, amiga. Un placer que así sea :)
BorrarUn fuerte abrazo.
Genial Federico, no había entrado nunca a leerte, y me doy cuenta de lo que me he perdido...
ResponderBorrarEste micro es un lujo, y dejas bien claro, que nunca es tarde para sanar el terreno...
Simplemente genial.
Un abrazo.
Me alegra que te haya parecido así, Carmen.
BorrarMuchas gracias por el comentario y bienvenida a mis relatos oscuros.
Abrazo!
ResponderBorrarLa muerte parcial del lado enfermo, no será posible... El sacrificio de redención debe conllevar la muerte total. Buen intento y el contenido genial!
Muchas gracias por las palabras, Miriam.
BorrarMuy interesante tu comentario.
Un saludo!
Sería fantástico poder conseguir derramar eso malo que nos sobra, poder extirpar de cada parte del cuerpo lo que al ser amado le resulta amargo. Aunque... quien nos ame, que lo haga con lo que es hermoso amar de nosotros y con lo que nos hace más ásperos y difíciles de amar. Hermoso y reflexivo relato amigo Federico Rivolta. Maestro!
ResponderBorrarMuy interesante tu reflexión, Mercedes. Me alegro de que te haya parecido así.
BorrarTe agradezco mucho las palabras, amiga.
Un abrazo!
Sin palabras. No sé cómo expresar la mezcla de tristeza y desesperación que dejas que nos acaricie al leerlo. Y con esa frase final que termina de matarte. Muy muy bueno. Me ha encantado.
ResponderBorrar¡Un abrazo! Y gracias por regalarnos letras como éstas ^^
Una alegría que te haya encantado esta desesperada caricia de mis letras.
BorrarGracias por el comentario, Carmen :)
¡Abrazo!
Distintos modos de suicidio que lleva a cabo una persona, pero no con el objetivo de matarse, sino de extraer esa parte de él que le convierte en un monstruo. Frases repetitivas al más puro estilo Rivolta. Una narración elegante pese a lo oscuro de su tema.
ResponderBorrarUn abrazo, Compañero de Palabras terroríficas.
Gracias por el comentario, monstruoso amigo.
BorrarMe alegra que te resultara elegante mi oscuro y repetitivo relato.
Abrazo, Ricardo!
Hola. Genial relato. Yo creo que todos tenemos esa parte que quisieramos matar dentro de nosotros. Lo que podría suponer nos haría felices.
ResponderBorrarLo que no nos damos cuenta es que aunque la matemos en seguida formaremos otra que nos hará aun mas daño.
No nos queda mas que aprender a vivir con nuestros demonios y hacerlos nuestros amigos para que permanezcan apacibles.
No los hagamos enojar. ;-)
Una alegría que te haya parecido así, Sofía.
BorrarGracias por el comentario.
Saludos a ti y a tus demonios :)
Todas las personas estamos constituidas de luz y de oscuridad, y cuántas veces hemos querido matar esa parte oscura.
ResponderBorrarExcelente micro que nos permite entender un poco a quienes puedan tener sentimientos más extremos que el común de la gente.
Muchas gracias por la atenta lectura y el interesante comentario, Ruth.
BorrarUn saludo!
Autodestrucción medida con tinte romántico (del bueno claro).
ResponderBorrarMe encanta!
Abrazo
Me alegra que te haya gustado tanto mi autodestructivo y romántico escrito, Diana.
BorrarMuchas gracias por la visita y el comentario.
Abrazo!
Hola, Federico. Uno va y viene. Un día se encuentra con una voz que reconoce, se queda atrapado frente a la pantalla, y se tienta a hacer un comentario. Detrás de las palabras advierte la intensidad del escrito y el cuidado de la letra. Muy bueno. Me encantó la creatividad que pusiste a fin de lograr la contundencia en tan pocas palabras.
ResponderBorrarUn abrazo!
Ariel
Hola, Ariel. Me alegra que en estas idas y venidas mi relato te haya tentado a dejar un comentario. Muchas gracias por las palabras, amigo.
BorrarUn fuerte abrazo!
Genial tu escrito a muchos nos pasa
ResponderBorrarTe agradezco mucho el comentario, Miguel.
BorrarUn saludo!
Qué interesante, Federico. Esa visión del mal que hay en todos es abrumadora. Me gusta este texto.
ResponderBorrarMe alegra que te haya gustado, Miguel.
BorrarMuchas gracias por la visita y el comentario.
¡Brutalísimo! ¡Impactante! ¡La lucha contra nuestros Demonios hecha de Letras!
ResponderBorrarAdemás, me atrevería a decir que son Sensaciones que Todos hemos experimentado en alguna ocasión... ¡Buah!¡Bestial!
¡¡Besazos!!
Muchas gracias por el comentario, Campanilla.
BorrarMe alegra que mi escrito te haya parecido brutal, pero si experimentas esas sensaciones, por favor no te mates.
Besos!
Buenísmo y brutal. Qué demonios lo habitan y cuánta desesperación.
ResponderBorrarUn abrazo
Los demonios que me habitan te agradecen el comentario.
BorrarAbrazo, Mirna!
Es una buena prosa, sincera y ligera.
ResponderBorrarDe considerable crudeza y mucha sensación de propiedad al narrador, haciéndola un monólogo más personal que expositivo.
Son menos de 3 párrafos, pero son 3 párrafos que inundan de originalidad.
Muchas gracias por el análisis y las palabras.
BorrarVaya Fede, se nota que tu personaje cree que vive en un matrix y cree que el suicidio es su forma de escape. Una escalofriante reflexion. Un saludo.
ResponderBorrarHola, Alberix!
BorrarMuchas gracias por la visita y el comentario, amigo.