Soy el que observa, el que no respira. Recorro la casa que una vez fue mía. Por alguna razón permanezco aquí, desde que un psicópata robó mi vida. Quedé atrapado, sin un futuro ni un pasado, con un puñal clavado a sangre fría.
No sé cuántos años pasaron; me es imposible descifrarlo. Ya no me alimento, mas no siento hambre; ya no duermo, mas no estoy cansado. Es como si el tiempo, para mí, estuviese congelado.
A veces me gustaría hablar con la gente, gritarles, hacerme presente. En ocasiones notan algo, como si un viento frío les pasara por al lado. Es que hay un puente, lo sé, un sexto sentido; pero eso dura un instante y luego es como si nada hubiese sucedido.
Te veo ingresar a la habitación, que una vez fue mía. Desconozco si es de noche o es de día. Asumo que es tarde, pues te acuestas en tu cama, ubicada en el mismo espacio en el que yo dormía.
Me acostaré a tu lado, no notarás mi presencia, pues peso lo que una sombra en una esquina. Te albergaré entre mis brazos, que te rodearán sin fuerza, como si fuesen dos mangas vacías.
Estarás durmiendo, estaré despierto, contemplándote con ojos bien abiertos. Oiré tu respiración y sentiré tus latidos, imaginando que también me quedo dormido. Y esperaré a que mañana, si tengo suerte, sea yo quien amanezca vivo.
Soy el que observa, el que no respira.
Distintas maneras de interpretarlo. Pero en todo caso genial.
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas gracias, María. Así es, hay ciertas cosas que quedan a imaginación del lector.
BorrarAbrazo!
Me gustó mucho,no se si es terror. Será porque hay vidas que transcurren así..o situaciones que se viven de ese modo..
ResponderBorrarComo siempre admiro tu forma de narrar.
No es exactamente terror, es cierto. Muchos creen que estas cosas les sucede a algunas personas; intenté imaginar cómo sería.
BorrarMuchas gracias por las palabras, Athena!
Como siempre tu narración tan diversa y genial, aunque en este caso no se si se horror, ya que dicha presencia, mas bien me parece que refleja nostalgia y una cierta necesidad hacia lo que alguna vez fue.
ResponderBorrarMe pareció un poema encantador como todo lo que escribes.
¡saludos!
Quería que reflejara esa nostalgia que imaginé sentiría alguien en su situación; me alegra que te haya parecido así.
BorrarMuchísimas gracias por el comentario, Tere!
Un saludo.
El fantasma del hombre asesinado es el de un poeta que refleja nostálgia. Una inquietante presencia a la que dan ganas de abrazar eternamente. Una prosa poética llena de frases hermosas, ligera de forma y de gran peso en su contenido. Un placer de lectura.
ResponderBorrar¡Abrazo, amigo de las letras!
Muchas gracias por tu comentario de gran peso, amigo de las letras!
BorrarTe mando un abrazo. El fantasma dice que te manda otro.
A mi me ha producido una cierta ternura, ese fantasma que sigue vagando intentando que lo noten, que se produzca el milagro de saberse vivo, atrapado en una tierra de nadie, sin estar vivo y sin estar muerto.
ResponderBorrarPobre me ha dado penita, espero que encuentre su descanso.
Un saludo
Me alegra que el fantasma te haya parecido tierno. A mí también me produce algo de pena.
BorrarGracias por el comentario, Conxita.
Un saludo!
¡¿Qué me estás contando, Fede?!
ResponderBorrar"Sin un futuro, ni un pasado", esa manera inocentona de narrar, incapaz de reconocer ciertas cosas y el lenguaje simple (mi lenguaje favorito).
¡¿Me estás diciendo que se cometió un crimen contra un menor, un niño?! :o
Por cierto, es genial el poema :)
Muchas gracias por el comentario, amigo.
BorrarExactamente, escribí el relato imaginando que se trataba de una persona joven, quizás un niño.
Abrazo, Ale!
Me quedo con una sensación extraña, esperaré a que llegue la noche... Me encanta, Federico. Un abrazo!
ResponderBorrarMe alegra que mi escrito te haya gustado y que te haya dejado esa sensación, Elena.
BorrarAbrazo y que tengas buenas noches :)
Hermosa narración de prosa poética, sobre esa inquietante presencia al estilo de "Los Otros" o "El Sexto sentido", esas grandes películas del género. Cierto es que, como se dice en otros comentarios, no es terror en estado puro, pero ese momento inquietante en el que la sombra se acuesta junto a la persona viva y te hace pensar en esa sensación, te deja un poso inquietante y eriza el vello, a la vez que enternece (una extraña mezcla por demás)
ResponderBorrarComo siempre, muy bueno Federico
Un saludo
Me alegro de haberte dejado esa mezcla de sensaciones, Isidoro. Dos películas muy interesantes, por cierto.
BorrarTe agradezco mucho las palabras.
Un saludo!
Buena historia contada desde la perspectiva del fantasma que quiere volver a la vida.
ResponderBorrarUn saludo
Gracias por el comentario, Yolanda.
BorrarParece ser bueno el fantasma; ojalá pueda regresar.
Un saludo.
Federico me ha encantado tu narración poética, estableces una inquietante conexión entre el lector y el alma atrapada.
ResponderBorrarSabes? en mi casa hay una presencia, un espíritu, algunos lo han visto y dicen que es una mujer, lo percibo muchas veces, incluso al parecer no esta sola pues se escuchan murmullos y conversaciones como susurros, algunas cosas se caen y rompen sin ninguna lógica, tanto de día como de noche, describes muy bien esa situación al principio, pues así debe sentirse ese espíritu, a veces le pregunto que es lo que desea decirme, ya es parte de la familia, no se si te lo habia comentado antes.
Un gusto leerte y conocer ese sentir y angustia del que no respira pero observa y espera pacientemente volver a la vida.
Me encanta que te haya encantado, Harolina.
BorrarNo recuerdo que me hayas escrito acerca de los fantasmas en tu casa.
Muchas gracias por el comentario.
Saludos a ti y a todos los seres que habitan tu hogar.
Me ha gustado muchísimo. El final en especial, cuando realmente haces que nos sintamos incómodos...
ResponderBorrarUn saludo.
Me alegra que te haya gustado mi escrito y haberte hecho sentir incómoda, Eme.
BorrarGracias por la visita y por dejar tu comentario.
Un saludo.
"
ResponderBorrarMe acostaré a tu lado, no notarás mi presencia, pues peso lo que una sombra en una esquina. Te albergaré entre mis brazos, que te rodearán sin fuerza, como si fuesen dos mangas vacías."
Este párrafo me encantó. Al igual que el final, que es escalofriante a pesar de que el personaje no es alguien malo. Es simplemente un alma (literalmente) que anhela con su vida. ¡Qué tiempo tenía de no leerte! Saludos.
Gracias por el comentario, terrorífico amigo.
BorrarAsí es, no es alguien malo.
Me alegra que te haya gustado.
Saludos, Jorge!
Triste existencia. Ser o no ser. Vivir en la incomunicación estando. en cambio, rodeado de seres vivos como lo fuera él en su día.
ResponderBorrarUn final poético que ha puesto la guinda a un relato paranormalmente bello.
Un abrazo.
Me alegra que te haya parecido así, Josep.
BorrarMuchas gracias por dejar tu poético comentario.
Abrazo!
Después del escalofrío, (espero que en mi casa de esos no haya) ;)
ResponderBorrarMe he puesto en la piel del protagonista y siento pena por la eternidad que le toca vivir, ser consciente a la vez que inexistente.
Un texto poético que nos hace pensar en un mañana.
Muy bueno Federico.
Un fuerte abrazo, :)
Espero que no haya de esos en tu casa y puedas dormir tranquila, Irene.
BorrarMuchas gracias por las palabras.
Te mando un abrazo fuerte y otro de mangas vacías :)
Aunque tiene el tinte de un relato de terror, lo leo más como un lazo amoroso y tierno que no ha sido roto.. Me gustó mucho Felicidades
ResponderBorrarAsí es, María. Buscaba que cada uno se ponga en el lugar del fantasma y sienta un poco su dolor.
BorrarMe alegra que te haya parecido tierno.
Muchas gracias por tu visita y comentario!
lindisimo poema mi amigo.
ResponderBorrarsaludos!
Muchísimas gracias, Hilario.
BorrarUn saludo,amigo!