Globos, música y payasos; el cumpleaños de Vicky lo tenía todo.
A las seis sonó el timbre:
―¿Quién será? ―preguntó su madre.
Se abrió la puerta e ingresó un hombre alto con un sobretodo negro. Llevaba consigo una vieja maleta. Era el titiritero.
Al sacarse el sombrero mostró un rostro no apto para menores. Su piel parecía estar hecha de cera; de cera derretida.
―¡Llegó el titiritero, chicos! ―dijo la señora.
La música se apagó y los niños se sentaron en el suelo. El anciano abrió su maleta e instaló un escenario despintado por el tiempo.
No había superhéroes en su maleta, tampoco personajes conocidos de la televisión; el animador poseía tan solo unos pocos títeres sin rostros.
Colgando de unos hilos apareció una marioneta rubia de tristes prendas, y el anciano forzó una voz aguda:
«Hola, amigos. Mi nombre es Laura y soy la más linda del curso»
Llevada por la mano izquierda del anciano, emergió otra marioneta; tenía escasos cabellos castaños y sus prendas eran más tristes que los de la primera:
«Tú no eres la más linda. Eres una estúpida»
Los invitados quedaron enmudecidos por el funesto espectáculo.
―No debí haber venido ―dijo un niño pelirrojo― ¡Tu fiesta apesta, Victoria!
Vicky le saltó encima:
―¡Te mataré, Martín! ¡Haré que te arrepientas de haber dicho eso! ¡Yo ni quería que vinieras, mi mamá fue quien te invitó!
La madre de la niña los separó. La camisa celeste del pequeño pelirrojo quedó arrugada y por fuera del pantalón debido a los intentos de Vicky por ahorcarlo.
El titiritero se retiró y reiniciaron la música, pero la fiesta no recuperó su alegría inicial.
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Globos, música y payasos; un año había pasado.
A las seis sonó el timbre:
―¿Quién será?
Ingresó entonces el titiritero del cumpleaños anterior. Llevaba el mismo sobretodo negro, un sombrero y la vieja maleta.
Luego de instalar el escenario despintado por el tiempo, la rutina comenzó con la marioneta rubia de tristes prendas:
«Hola, amigos. Mi nombre es Laura y soy la más linda del curso»
Vicky estaba ansiosa por ver el espectáculo completo; Martín no había sido invitado esa vez, y nadie iba a interrumpir su fiesta.
El animador sacó un segundo títere que enmudeció a los invitados:
«No debí haber venido»
El muñeco estaba vestido con un trozo de tela celeste, era pelirrojo y no tenía rostro.
Woow vaya final! de 10 amigo Federico. Ya sé de donde sacó esas ideas homicidas nuestra querida Vicky. Excelente e incalificable relato.
ResponderBorrarMe alegro de que te haya gustado tanto el final, espero que tome a muchos por sorpresa.
BorrarEntre el titiritero y Fidias, han creado un monstruo.
Gracias por el comentario, Santiago!
Party Hard, literal! Jaja
ResponderBorrarMe encanta!
Jaja, así es, Ana K.
BorrarMe alegro de que te haya gustado. Gracias por tu comentario.
Me encantó. Qué final!!
ResponderBorrarEstaba yo pensando, "¿a dónde va allegar?" y ese final lo hizo tétrico y fabuloso.
Me alegro de que te haya gustado el tétrico final, Diana.
BorrarAprecio mucho el comentario.
Un final inesperado....
ResponderBorrarGracias
Gracias a ti por el comentario, Manuel.
BorrarUn saludo!
Vaya final, te deja enmudecido. A ver quien invita al titiritero el año que viene. Un abrazo.
ResponderBorrarLe diré que te agregue para que lo contrates en tu próximo cumpleaños si quieres.
BorrarMuchas gracias por tu comentario, María. Abrazo.
Mmm... Me has dejado con una sensación extraña en el cuerpo. Creo que no podré mirar de la misma manera a los titiriteros. Aunque me asalta una duda, ¿quién es más perverso? ¿El hombre o la niña que le vuelve a querer en su fiesta? No me queda claro...
ResponderBorrarUn gran trabajo, en tu línea ;)
Comparto.
¡Un abrazo! ^^
Gracias por las palabras, Carmen. Me alegro de haber logrado ese efecto.
BorrarTienes razón, solo una niña muy perversa puede contratar a un titiritero como ese no una, sino dos veces.
Abrazo grande!
Saludos, muy buen relato. Mejor no ser invitado a esis cumpleaños de Victoria. Muy bien contado. Éxitos!
ResponderBorrarMuchas gracias por el comentario, Mery! Si llegas a ir alguna vez, asegúrate de portarte bien y no interrumpir a los animadores.
BorrarSaludos.
Un final muy bueno, aunque algo me imaginaba, pues da la casualidad que viendo un capítulo de ''American Horror Story: Freakshow'' se me ocurrió la idea de un titiritero con personas como marionetas, y no sé por qué, pensé que iría por ahí tu relato (si lo he entendido bien). En fin, si alguna vez me decido a escribir una historia con este tema, me tendré que esforzar tras el tuyo. Muy bueno.
ResponderBorrarMe gustó mucho la frase: ''... un rostro no apto para menores''. Tremenda.
Un saludo, Federico.
Esa serie es todo un regalo para los que gustamos del género. Intenté dar los mínimos datos para que el final sea inesperado, aunque no dice si los mata o no, eso lo imagina el lector.
BorrarMe alegro de que te haya gustado y esperaré tu versión del titiritero, Ricardo.
Un saludo.
No lo adiviné por las pistas; es más, no identifico ninguna clara, por lo que está bastante bien escondido el final. Pero yo me lo imaginé por lo dicho, porque tenía en la cabeza esa idea, y supongo que porque los que escribimos sobre este género tenemos unas mentes parecidas, jaja.
BorrarImpresionante como siempre amigo.
ResponderBorrarEl terror psicològico es lo que te sienta mejor por lo que veo.
Abrazo Fede.
Gracias, Richard!
BorrarMe alegro de que te haya parecido así.
Abrazo, amigo.
Genial Federico, disfruto de lo lindo con tus relatos. A mí parecer, el titiritero es el monstruo que por obra y gracia de la pequeña Vicky, cobra vida y resuelve sus conflictos de la manera que a ella más gusta, la muerte y el espectáculo, un delicioso cumpleaños! Espero que regrese al año siguiente con otro sin rostro y qué su función no acabe jamás!
ResponderBorrarMe alegro mucho de que así sea. Un honor, amigo.
BorrarYa todos en el barrio saben que en los cumpleaños de Vicky hay que portarse bien. Pero tranquilo, Edgar; siempre hay alguno que se porta mal y podrás verlo salir al escenario al año siguiente.
Muy bueno ese final como siempre, inesperado. Me dejó sin aliento. Saludos
ResponderBorrarMe alegro de haberte dejado sin aliento, Angélica.
BorrarMuchas gracias por el comentario. Saludos!
Federico de nuevo me dejabas sorprendido. Un final que no esperaba. Me dejas mudo, aunque no lo suficiente para reconocer que es un extraordinario relato. Un abrazo, saludos.
ResponderBorrarMuchas gracias, amigo. Me alegro mucho de haberte sorprendido nuevamente.
BorrarAbrazo grande, David!
Grandioso y estupendo relato Federico, tu magistral manera de relatar estas historias es única.
ResponderBorrarMuchas gracias, amigo!!
BorrarAbrazo grande, Jorge.
Nunca un cumpleaños infantil o un espectáculo de animación para lo más pequeños resultó tan escalofriante!! Relato genial y final sorprendente, como es lo usual en tus textos. Enhorabuena!!
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, Federico.
Te agradezco mucho tus palabras, Julia.
BorrarOtro fuerte abrazo para vos.
¡Buen desenlace! Me gusta tu relato
ResponderBorrarMe alegra que te gustara, Feli.
BorrarGracias por el comentario.
Hola Fede.
ResponderBorrar¡Que mamá tan irresponsable y no aprender de la experiencia previa, como para repetirla al siguiente, con tan terrorífico final!
Escalofriante.
Un abrazo.
Me hiciste sonreír con esa observación. Tienes razón, la malcría mucho a Vicky.
BorrarUn gusto tu visita y comentario, Lucía.
Abrazo.
Genial. Muy bien escrito y gran final.
ResponderBorrarMuchas gracias por las palabras, Cintya.
Borrar¿Quedaste con la misma expresión que los invitados?
ResponderBorrarGracias por el comentario, Oskar!
Siempre me pasa lo mismo... cada vez que te leo me estremezco... No aprendo más. Toutche con ese final. Admiración total.
ResponderBorrarUna alegría que hayas venido a la fiesta de Vicky y te hayas sentido así. Espero que nunca aprendas y mis escritos sigan estremeciéndote.
BorrarMuchas gracias por las palabras, Laura!
Es un buen relato...con buen ritmo, con dos sobresaltos. Lo justo para crear el suspenso. Felicitaciones.
ResponderBorrarMuchas gracias, Deborah. Me alegra haberlo logrado según tu opinión.
BorrarMe gusta tu avatar del pájaro.
Saludos!
Muy bueno. La manera en que lo vas llevando y... el final. Abrazos!
ResponderBorrarMuchas gracias por las palabras, Gustavo!
BorrarAbrazo!
Oda!!
ResponderBorrar:)
BorrarUn relato estupendo. Felicidades. Abrazos.
ResponderBorrarGracias, Lana! Me alegra mucho que te haya parecido así. Abrazos!
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