sábado, 14 de enero de 2017

EL HOMBRE DEL TIEMPO - Capítulo 9





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CAPÍTULO 9



Oscar comenzó a desear hacer algo más que viajar y revivir recuerdos, pero ¿a quién podría preguntarle sobre el funcionamiento del libro? No cualquiera lo escucharía hablar de su descubrimiento sin considerarlo un desquiciado.

Se había mudado al departamento hacía cuatro años, pero tenía vecinos que estaban viviendo en aquel sitio desde hacía mucho más tiempo.

Salió de su hogar y tocó el timbre de al lado: el de Julián.

―Julián, ¿cómo estás?

Era temprano, y el gordo Julián solía dormir hasta el mediodía.

―¿Qué pasó? ¿Todo bien?

―¿Qué tan bien conociste al muchacho que vivía en mi departamento antes que yo?

―No mucho, ¿por?

―Por nada…; curiosidad.

Oscar había escuchado que antes de él allí había vivido un joven durante unos meses, pero no sabía mucho más al respecto. Julián le contó lo que recordaba:

―Vivió menos de un año, después consiguió un mejor trabajo y se mudó. Al principio se hacía el simpático y decía que iba a mantener la amistad, pero después de que se fue, se borró.

Julián hizo una pausa.

―Antes de él vivió un viejo: Ulises. Un tipo raro. No hablaba con nadie. Se murió, pero no sé de qué.

«Ese es el sujeto», pensó Oscar. Era él a quién debía contactar en algún viaje para obtener respuestas.

Al volver a su departamento comenzó a pensar cómo podría ubicar a aquel anciano. Llevaba cuatro años viviendo allí, sumando el año que vivió el joven hasta que lo ascendieran, daba un total de cinco. Decidió entonces viajar seis años al pasado para encontrar vivo al viejo Ulises.

Viajó a un día cualquiera, un domingo en el que no había hecho nada importante, y al despertar se dirigió al lugar al que se mudaría más tarde.

Estaba seguro de que aquel hombre tendría alguna información acerca del libro que pudiera serle útil, y a la vez él podría decirle lo que había descubierto.

Llegó al sitio y, desde la vereda, tocó el timbre que correspondía al departamento del fondo. Esperó durante unos segundos, pero nadie apareció en la puerta de calle. Volvió a tocar, varias veces, pero seguía sin recibir respuesta. De pronto vio que Julián abría la mirilla.

―¿Quién es? El señor está durmiendo, no lo puede atender.

―Hola, Julián. Soy yo, Oscar.

Oscar había olvidado que Julián y él aún no se conocían en esa época.

―¿Quién?

―Perdón, te vi una vez, capaz no te acordás de mí. Necesito hablar con Ulises; es urgente.

―Voy a intentar despertarlo.

Minutos después un anciano se asomó a la puerta, y Oscar pudo ver unos ojos vacíos del otro lado.

―¿Qué desea?

―Hola, Ulises. Mi nombre es Oscar. No nos conocemos, pero debo hablar de algo muy importante con usted.

―Lo siento, estoy ocupado.

―Escúcheme, por favor. Es sobre eso que tiene en la pared. Usted sabe a qué me refiero.

―Lo siento, estoy ocupado.

―¡Es sobre el libro! ¡Yo también lo encontré!

―Lo siento, estoy ocupado.

Luego de que el anciano dijera por tercera vez aquella frase automatizada, bajó la tapa de la mirilla y regresó al departamento del fondo.

Oscar, con un dedo, logró levantar la tapa de la mirilla y observó cómo el anciano se alejaba despacio por el pasillo, caminando a un ritmo hipnótico, como si quisiera perder el mayor tiempo posible.





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12 comentarios:

  1. Hola! Sabes? que bueno haber encontrado tu blog! me encanta! saludos desde Perú!

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    1. Una alegría para mí saberlo, Jenny.
      Muchas gracias por el comentario.
      Saludos desde Argentina.

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  2. Me gustò mucho este capitulo.( Que incògnita con el nuevo personaje).

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    1. Me alegra que te haya gustado, Raquelita.
      (Parece que Ulises trajo más preguntas que respuestas).

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  3. Creo que nos estamos acercando al meollo de la historia del libro. Cada ves se pone más interesante, que es lo bueno de los relatos por entregas, que (en mi opinión) no sean demasiado largos y el narrador sepa cortarlo en el momento preciso para hacer crecer el suspense. Esto promete.
    Un abrazo.

    P.D.- Gracias por la información sobre Edgar.

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    1. Es cierto, es difícil. Este es mi primer relato por entregas, me alegra que te parezca así hasta ahora.
      Muchas gracias por el comentario, Josep.
      Edgar me dijo que anda bien :)

      Abrazo!

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  4. Hola Federico:

    Me perdí el fin de semana y me encuentro que ya hay dos capítulos, este me dejó bastante intrigada, pues parece ser que no encontró ningún tipo de respuestas Oscar.

    Que hayas tenido excelente fin de semana, te leo en el siguiente capítulo

    ¡saludos!

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    1. Hola, Tere. Así es, estoy subiendo un capítulo cada dos días.
      En este Oscar no encontró la respuesta que esperaba, aunque la actitud de Ulises le dice cómo es él durante sus viajes.

      Te veo allí :)

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  5. Ya veo que Oscar al fin ha decidido obrar de forma mas inteligente, descubrir las causas reduce a veces los efectos y las consecuencias.

    Interesante el nuevo giro que le has dado a la historia Federico.

    Además del funcionamiento, saber el origen del libro, quizás resolvería muchas incógnitas de nuestras vidas, el por que es tan imperioso para nosotros el pasado, y es probable que aprendamos a deshacernos de la dependencia de el.

    Me ha sorprendido y gustado la nueva actitud de Oscar, un bravo para ti Federico, amigo claroscuro.

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    1. Imaginé qué es lo que yo haría en su lugar. Si bien Oscar está perdiendo muchos días del presente, yo también creo que este viaje que hizo fue un movimiento inteligente. Lástima que Ulises estuviese justo en medio de un viaje y no haya podido ayudarlo; pero la idea fue buena.

      Me alegro de haberte sorprendido y que te haya gustado este episodio, Harolina.

      Tu comentario iluminó el rincón más oscuro de mi corazón. O quizás el rincón menos claro...

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  6. Ulises... No puedo esperar para saber que información le brinda este anciano a Oscar, y mucho me temo que en él podrá ver reflejadas las consecuencias que a él mismo le esperan, si sigue usando el libro.
    ¡Abrazo, Federico!

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    1. Buena observación, amigo de las letras; Ulises es el fiel reflejo de su futuro.
      ¡Muchas gracias por el comentario, Edgar!
      Abrazo.

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